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        Los comienzos de la historia de amor de Ana y Javi

        La historia de amor entre Ana y Javi nació hace cuatro años. Se conocían desde pequeños, pues vivían en barrios cercanos y habían asistido al mismo colegio y al mismo instituto, pero sus vidas eran muy diferentes. Hasta que ella comenzó a trabajar en la farmacia del barrio, algo que acabaría uniéndolos para siempre. Fue el detonante de un precioso reencuentro. Javi acudía a menudo a comprar aspirinas y Ana le atendía gustosamente: excusa perfecta para que el roce entre ambos terminase encendiendo la mecha. Cuando se quisieron dar cuenta compartían techo y un proyecto de vida en común. El año pasado, en primavera, decidieron hacer las maletas para conocer Rumanía. Fue allí cuando Javi se atrevió a pedir a Ana matrimonio y desde ese momento comenzaron con los preparativos. Ambos tenían claro que no querían esperar mucho y decidieron organizar su boda para otoño de ese mismo año.

        La felicidad fue doble cuando, poco después, se enteraron de que el pequeño Roque venía en camino. Pero todo se torcería cuando a Dani, hermano de ella, le diagnosticaron un cáncer de pulmón contra el que estuvo luchando con el apoyo de toda la familia, pero al que no consiguió batir. Triste coincidencia de la vida, el día del cumpleaños de Javi lo pasaron en el tanatorio en el sepelio de Dani, amargo lugar y momento en el que se conocieron las dos familias. Ese duro golpe que les asestó la vida provocó que los planes de boda quedasen aparcados, pero entonces llegó Roque, una alegría para todos y motivo por el cual decidieron seguir adelante.

        La Finca Molino Rosales, un marco inigualable para una boda sin parangón

        Ana y Javi volvieron a poner en marcha el proyecto de contraer matrimonio. Para la ceremonia se decantaron por la iglesia del pueblo de sus padres y el banquete lo celebraron en la Finca Molino Rosales, un marco inigualable para la celebración de bodas en Guadalajara. La pareja confió en mi trabajo como fotografo de bodas y yo puse a su disposición toda mi experiencia como fotografo de bodas en Guadalajara para que el resultado fuese el mejor posible.

        Lo más emotivo de la ceremonia fue cuando la ronda del pueblo recuperó una tradición de hace más de 40 años y nos cantó una canción, detalle que hizo sentirse muy arropados a los padres de ella en ese día tan especial, en el que la magia y los angelitos del cielo pusieron de su parte para que, pese a los nubarrones, luciera un sol radiante y no lloviera. Un día especial que no se perdió ningún miembro de la familia de él, desplazados desde distintos puntos como Teruel, Valencia y Barcelona. Ana, Javi y Roque estaban muy elegantes y conjuntados, pues sus trajes fueron confeccionados a medida por el mismo modisto de Madrid. Y el banquete fue una celebración memorable que quedó inmortalizada para siempre en mis fotos de boda cuyo colofón llegó con el baile que Ana y Javi se marcaron: un rock and roll de los 50 como el mejor fin de fiesta.

         

        Ana y Javi {Wedding Day} Finca Molino Rosales from The Sweet Days on Vimeo.